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viernes, 21 de octubre de 2011

Aunque queden todavía dos meses.... ¿Quieres que te cuente un cuento?

PAPÁ NOEL, PAPÁ NO ES...

Érase una vez un nuevo año en el que se celebraba la esperada navidad, todos estábamos contentos realizando muchas actividades en el colegio relacionadas con este acontecimiento tan importante para toda la humanidad, porque se celebraba así la natividad de Jesús, y nos dedicábamos a hacer con nuestras manos y unas pocas cartulinas y arcilla, así como papel platino y hierba artificial, un portal de belén que no era muy bonito, pero que poníamos todo el interés porque reflejara que Jesús iba a nacer el 25 de diciembre.
                        Un día, nos dijo nuestra tutora que íbamos a realizar una fiesta en el patio del colegio en la que haríamos nieve artificial y pondríamos un muñequito de nieve, decorado por nosotros mismos, y nos ilusionó mucho porque iba a visitarnos Papa Noel, claro que, ¡no era Papa Noel!, porque se trataba de un hombre indigente que vivía en las calles y nosotros, con un poco de esfuerzo y vendiendo unas papeletas para la lotería de navidad, íbamos a pagar a este buen hombre su visita para que tuviese dinero y pudiera comer durante un buen tiempo.
                        Teníamos muchas ganas de que llegara ese día de la fiesta y estaba todo preparado, iban a venir nuestros padres, nuestros hermanos, nuestros abuelitos, nuestros titos, y también avisamos a muchos amigos que no eran de nuestro colegio, la fiesta se iba a celebrar el día 22 de diciembre, justamente cuando acababan las clases y por fin nos iríamos de vacaciones, ¡vivan la vacaciones!
                        Todo estaba saliendo a la perfección, los confetis, el espumillón, el árbol de navidad estaba ya decorado en la entrada del colegio, le pusimos bolas doradas tan gordas como balones de baloncesto, y una estrella en su pico que iba dirigida hacia el portal de belén que días antes habíamos construido con nuestras propias manos.
                        Llegó el día tan esperado por nosotros y la fiesta iba a comenzar.
                        Nos dijo la tutora que a Papa Noel solo le faltaba media hora para llegar, y nosotros teníamos que haberle instalado ya su trono, para que todos los niños, sobre todo los pequeñines que no sabían que Papa Noel no es Papa Noel, pasarán por su trono a pedirle sus regalos de navidad.
                        ¡Y Papá Noel, llegó¡, era un hombre barrigón, yo juraría que su barba blanca era de verdad, me hubieran dado ganas de darle un tirón de la misma para ver si era una barba que se había comprado en el carrefour, pero eso no está bien.
                        Se sentó en su trono muy contento y muy feliz, teníamos preparado un sobre con mucho dinero que habíamos recogido para entregárselo después de la fiesta y que pudiera comer durante mucho tiempo y que no pasara hambre ni frío y se pudiera comprar ropa de abrigo.
                        Los niños fueron felices, él estaba muy contento con nosotros y nos hizo felices poder hacer feliz a un Papa Noel que era un hombre pobre que vivía en la calle.
                        Cuando todos ya habíamos pedido nuestros regalos a nuestro querido Papa Noel, la fiesta estaba acabando y nos dijo unas palabras: ¡Niños, jo jo jo jo, seréis muy felices esta navidad!, y todos nos pusimos a reírnos con él y a disfrutar de ese momento.
                        Queríamos darle el sobre del dinero y de repente se levantó de su trono y con un chasquido de sus dedos y un silbido muy potente, llamó a sus renos y no podíamos creer lo que vimos, apareció su trineo por el cielo guiado por cuatro renos con bufandas rojas, y volaba y volaba y se disponía a aterrizar en nuestro patio, Papa Noel se dirigió a su trineo y se despidió de nosotros con una gran carcajada, jo jo jo jo, queridos niños, habéis hecho hoy un acto de gran bondad, queríais dar el dinero a un pobre Papa Noel, y os doy la oportunidad de que lo llevéis a un asilo de pobres para entregarlo. Yo soy Papa Noel, y me voy a preparar todos los juguetes y regalos para entregarlos en el día de navidad. Adiós mis queridos niños. Y Papa Noel, se fue volando y desde el cielo caían juguetes y más juguetes que cogíamos con gran satisfacción y alegría.
            Nosotros creímos que no era El, y nos llevamos la sorpresa más grande de nuestras vidas y nunca olvidaremos a nuestro querido Papa Noel.

                                                                        Fin.
Esta foto la he tomado prestada de una página de Internet.


                       

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