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martes, 18 de octubre de 2011

Hombre que has de ser...




Tu sudor es parte de mí.... y sucede desde que tu padre y yo te creamos.
Y esos ojitos de miel, colman mis horas de madre, mis ratos de amor,
convirtiendo así, en una vida entera la entrega de mi alma para ti.
Hijo de mis entrañas, suave luz para mi día, dulcificas mi estancia aquí

Bendices de bondad lo que vas tocando, con tu noble y puro tacto,
y me siento pequeña, siendo tu madre, cuando me arropas con tu manto
de un abrazo de tu cuerpo pegado a mi viejo y desordenado corazón latente,
añadiendo a mi espíritu la magia de tu inocencia en  un impulso silente

Hijo mío, dulce hijo mío, hombre que has de ser, sueña la vida, y VIVE por ti. Yo me quedaré esperando cada día de mi vida en mi viejo sillón, tu visita... 

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